El agua es una fuente de vida. Todas conocemos que consumir agua a diario, no solo es necesario, sino que beneficia a nuestro sistema de múltiples formas. Lo que no todo el mundo sabe, es que el contacto externo con el agua también conlleva otro tipo de beneficios. Si bien, a diario tenemos contacto con el agua cuando nos bañamos, por difícil que pueda ser para algunas, bañarse con agua fría, puede potenciar los beneficios del contacto con el agua. A continuación te compartimos algunos de los beneficios de bañarse con agua fría.
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Mejora el aspecto de la piel: El agua caliente reseca y maltrata la piel, mientras que el agua fría, no sólo nos puede dar una sensación refrescante, sino que acentúa el brillo natural de la piel, cierra los poros, favorece la firmeza y elasticidad de la piel y deja una textura más agradable al final del baño.
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Aumenta el brillo del cabello: El agua fría maltrata el cuero cabelludo y opaca el brillo natural del cabello, mientras que el agua fría hace que el cabello brille y tenga un aspecto más saludable. El agua fría es ideal para prevenir la caspa y la caída del cabello.
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Aumenta tu nivel de energía: Cuando nos bañamos con agua fría nuestro sistema reacciona aumentando los latidos del corazón. Este efecto puede ayudarnos a empezar el día sintiendo mayor energía en nuestro cuerpo. También es muy recomendable, después de sesiones de ejercicio para evitar tener una sensación de cansancio en el cuerpo.
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Favorece la circulación: Bañarnos con agua fría puede contribuir a que el oxígeno y los nutrientes se distribuyan de mejor forma en todo el cuerpo y en general, favorece a nuestros sistema circulatorio. De igual forma, una mejor circulación, puede traer otros beneficios como ayudar a prevenir la aparición de várices.
- Ayuda a prevenir la depresión: Aunque este beneficio puede sonar extraño, algunos estudios han demostrado que los baños con agua fría pueden tener un efecto similar en el cuerpo al que tienen algunos antidepresivos, dado el tipo y cantidad de impulsos que genera en el sistema nervioso.
Adquirir este hábito de bañarse con agua fría no es fácil, por lo que te recomendamos ir cambiando poco a poco la temperatura del agua y no de golpe. Día a día puedes ir disminuyendo la temperatura de tal forma que tu cuerpo se vaya acostumbrando y empieces a percibirlo como una sensación agradable. No es recomendable bañarte con agua fría si esto te genera demasiada tensión o una sensación desagradable